Mónica Naranjo hace la música que quiere, con la que se siente cómoda y libre, y en su derecho está. Ahora bien, de los escasos trabajos publicados en los últimos 20 años, se podría decir cuatro con material nuevo, es difícil resaltar una sola canción, a excepción de Europa, su inquietud artística la ha alejado de la senda comercial para dar rienda suelta a su lado más excéntrico, entendiendo, según la propia cantante, que de haber continuado haciendo pop se habría encasillado y no habría evolucionado. Pero si analizamos los últimos singles publicados, vemos que huyendo del pop a la larga se ha terminado encasillando de igual manera. No estaría de más entender no hay nada malo en hacer música más accesible y comercial, la calidad y credibilidad como artista la aportas tú, si el motivo que te aleja del pop, con el que comenzaste, es ese.
Lágrimas De Un Ángel, el single anticipo de su nuevo trabajo Mimétika, es una vuelta al más de lo mismo, el exceso por el exceso, y a una Mónica poseída por si misma, aunque realizado con buena intención suena forzada, ruidosa y repetitiva. Pero lo peor es el sobre esfuerzo que hay que hacer para entender lo que dice, algo que resulta agotador por lo que uno termina desconectando de la canción, y de esta manera, el gran atractivo que podría tener dicho tema te pasa por encima.
Lágrimas De Un Ángel es un ensayo de lo que realmente esta gran artista podría hacer si se tomase menos en serio a sí misma.
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