El segundo disco de Meghan Trainor va a quedar en el recuerdo como una rareza dentro de su discografía, entre la genialidad de su disco debut y (espero) el trabajo con el cual definirse, de momento toca disfrutar de este nuevo álbum y la segunda reinvención de la cantante con la publicación del segundo videoclip Me Too al igual que su predecesor No y apesar de sus buenas intenciones no logra convencer, más que mostrar sus cualidades artísticas evidencia sus carencias, la principal su poca presencia escénica y las obviedades en las que ha caído dentro de la escena pop sin aportar nada nuevo.
Quizás, si lo pensamos deteneidamente, aunque con este trabajo se ha alejado del aspecto retro de su anterior álbum, por otro lado, su nueva propuesta suena a épocas ya pasadas, años 90 y 2000, por lo cual en cierta manera su inquietud artística pase por revisitar y recuperar sonidos pasados.
En todo caso su música es pegadiza, divertida y de fácil consumo, y eso nos gusta, así como su propuesta pop-star por mucho que la tenga que pulir para creérnosla del todo.
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